David Gandy: La ambición de un supermodelo
Con aires de galán latino -a pesar de ser inglés- ha conquistado la cima de la moda. Está considerado como uno de los supermodelos más guapos del mundo y, también, mejor pagados
- Ana Muguerza
Hagamos una prueba. Pensemos en supermodelos que han destacado en los últimos años. Seguramente vienen a la cabeza muchas mujeres: Gisele Bündchen, Miranda Kerr, Cara Delevingne, Adriana Lima o la incombustible Kate Moss, por citar algunos nombres. Pensemos, ahora, en modelos masculinos… Ya no es tan sencillo. Si excluimos a los actores que triunfan en publicidad, prácticamente no es posible recordar un nombre.
En una industria claramente femenina, apenas un puñado de hombres alcanza el estatus de top model y el reconocimiento del que gozan sus compañeras de profesión. El inglés David Gandy es uno de ellos. Su impresionante físico y su profesionalidad lo han elevado al Olimpo de los top. Llegó a la moda por casualidad, pero se toma su trabajo muy en serio y aspira a llegar tan alto en el oficio como sus colegas mujeres. Por el momento es uno de los modelos masculinos más cotizados y lleva la etiqueta de ‘el más guapo’.
Pero no siempre gozó del éxito. Sus primeros pasos fueron complicados y más de una vez pensó en abandonar. Comenzó haciendo catálogos y pasarela para marcas de segundo nivel hasta que apareció su hada madrina: la firma Dolce y Gabbana. Su carrera y su vida dieron un vuelco cuando en 2006 protagonizó para los diseñadores italianos la campaña de publicidad del perfume Light Blue. Muchos recordarán la imagen: Gandy con un diminuto traje de baño blanco recostado en una barca sobre las azules aguas del Mediterráneo. Fue el inicio de su fama y el arranque de una ascendente carrera. También hizo campañas para marcas como Carolina Herrera, Zara, Ermenegildo Zegna, Marks & Spencer y Massimo Dutti, entre otras.
Sus dotes físicas están fuera de duda: metro noventa de estatura, pelo negro -coronado ahora por un ligero tupé-, intensa mirada azul, mandíbula cuadrada y cuerpo cincelado a golpe de gimnasio. Todo ello envuelto en un aire de gentleman mediterráneo que desarma a las féminas y que lo alejan de los modelos delgaduchos y andróginos que han triunfado en los últimos años. Aunque vive de su oficio, Gandy asegura que no es un fashion victim y se declara ‘chapado a la antigua’ para verstirse. Su estilo es más bien clásico y le gusta la sastrería a medida.
Por su aspecto, podría pasar por italiano o español, pero es inglés de pura cepa. Nació en 1980 en Essex, al norte de Londres, cuna de otra famosa, Victoria Beckham. Cuesta creerlo pero Gandy, como otros supermodelos, también protagonizó el cuento del patito feo. Según comenta, fue un niño gordito y con problemas en el habla, lo que le valió las burlas de sus compañeros. Terminó en la moda porque unos amigos lo inscribieron en un concurso de modelos que, por supuesto, ganó. Tenía 21 años y estudiaba marketing en la universidad, aunque lo que a él le gustaba era veterinaria.
En los últimos años no ha levantado el pie del acelerador. Ha sido portada de innumerables revistas y objetivo de las cámaras de los mejores fotógrafos, como Mario Testino o Steven Klein. Protagonizó un libro de imágenes con más de 300 páginas sobre su carrera y se ha convertido en embajador de marcas como Johnnie Walker Blue Label. Recientemente fue rostro de la tercera versión de la campaña de Light Blue, la fragancia que lo lanzó a la fama. En la barca lo acompaña esta vez la modelo Bianca Balti, aunque seguramente pocas personas repararán en ella.
Además de posar ante las cámaras, Gandy lanzó varias aplicaciones de smartphones y firma artículos en revistas sobre el mundo del motor. Es un fanático de la velocidad y de los autos deportivos de lujo. La decoración es otro de sus hobbies. Pero si hay un momento de su carrera que recuerda con especial cariño es su participación en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres, donde desfiló con el dream team de la moda británica. Era el único hombre y le escoltaban modelos como Kate Moss, Georgia May Jagger, Naomi Campbell y Stella Tennant. Otra prueba de que en el universo de los supermodelos las mujeres llevan ventaja, pero también de que Gandy las alcanzó.
Él quiere terminar con la idea de que el mundo de los top es solo para mujeres y en varias ocasiones ha criticado las desigualdades de género en la profesión. “Es un hecho que en esta industria las mujeres ganan mucho más que los hombres, y mientras ellas vuelan en primera o en business, los chicos viajan en turista”, comentaba en una entrevista al diario Daily Mail. “Aspiro a trabajar con los mejores y a crear algo icónico como hacen las supermodelos. Nunca he entendido por qué otros hombres no lo han intentado. Me he propuesto romper con esta dinámica”, declaró en otra ocasión. Y parece que lo está logrando.